martes, 8 de septiembre de 2015

Cuando la soledad inunda una comida de negocios

Comida de negocios, revisión del plan, planificación del evento a celebrar, detalles, convocatoria social, invitación, enfoque, catering, attrezzo, autoridades, prensa.... Y de repente hablamos de la oficina, los compañeros de trabajo y salta una confesión: "Como director general he de transmitirte que a menudo como con otros directores generales y tras hablar de economía, el sector, las asociaciones y otros asuntos saltamos a una conversación sincera, una que siempre se repite y que nos cuesta admitir: la soledad del directivo". Estamos solos en la oficina, tomamos decisiones en solitario, tememos tener que decidir duras opciones sin pestañear y sin poder consultar. O lo podemos hablar pero si no hay acuerdo, soy yo el que tengo que decidir. Así es, y así lo sentimos y solo cuando nos sentamos a hablar con otro directivo podemos entender que esa máscara que hemos aprendido a llevar, pesa, es incómodo y es antinatural. ¿Y sabes qué? - me dices. En el último año, quizás como consecuencia de acarrear durante tanto tiempo esa losa, cada mes he salido a comer con un directivo, a veces con algunos que no conocía. Les he llamado a puerta fría, me he presentado, soy fulanito de tal, director general de la gran empresa "xx" y quería invitarte a comer. Jamás me han rechazado una cita para comer y en todas y cada una de ellas ha llegado el momento de confesión, aquel en que hasta el más alto directivo asiente cuando hablo de "la soledad del jefe". Me he aficionado a estas comidas y cada vez me siento mas liberado. Es una terapia tonta, la de decir "al menos no soy el único", pero si alivia y reconforta.

domingo, 1 de julio de 2012

Mujeres que mandan

Hoy soy una Directiva de Comunicación de una gran multinacional. He llegado aquí tras mucho esfuerzo profesional y personal. Siento que mis "stresses" personales, no pueden trascender en mi entorno. Oigo hablar a compañeros que acaban de ser padres y que duermen mal, pero no puedo compartir el dolor que siento cuando se que mi hijo está en el hospital por un virus intestinal y yo no puedo estar. En realidad no es nada grave y su cuidadora o los abuelos pueden acompañarle pero ese día, mi mente y mi corazón no pueden dejar de volar junto a el, y el dolor de no estar físicamente allí no lo puedo compartir, porque mostraría una faceta muy humana que a una directiva no le debe acompañar. Pueden las directivas conciliar en España? Así es, una realidad que abunda en España y que hoy comparto brevemente con esta comunidad... Por cierto estas son las imágenes que aparecen en el buscador mas popular, cuando buscamos "mujeres directivas".... ¿tópico?

viernes, 31 de agosto de 2007

Philips Farewell

Nuria Amat de Zink Marketing no tendría el perfil profesional que ha alcanzado a día de hoy, si no fuera porque un día vivió experiencias super interesantes con unos compañeros maravillosos. Es cierto que TODOS eran unos "gafotas". Las comidas eran surrealistas. Llegada desde España donde al comer se habla del fin de semana, la serie de turno o el plan de vacaciones, hablar de márgenes, ventas o estrategia durante la comida me hizo toser y atragantarme en mis primeros dias. Después me acostumbré y entendí que era una parte más de mi trabajo que me enriquecía, y formaba parte de una jornada compacta que terminaba a las 17. Mi vida personal comenzaba pronto por la tarde y se desarrollaba con total libertad y equilibrio. Al pan pan y al vino vino! Thanks Philips NL for such a great period of interesting professional experience and extraordinary international collegaues. Will miss you all!